A diario vivimos, escuchamos y construimos el imperfecto relato de lo que llamamos realidad. Allí quedan enunciadas problemáticas recientes y de vieja data. Algunas nos tocan de cerca y otras son lejanas. A juzgar por las horas de debate, todas nos afectan. Sin embargo, en su mayoría, somos meros espectadores. Les acontece a otros.
A lo largo de nuestras vidas, no son pocas las veces que decidimos cruzar esa línea imaginaria que nos separa de la vida de esos otros, muchas veces desconocidos y muchas otra no. Impulsados por amor, indignación, o simple reflejo humanitario, nos acercamos, somos solidarios. Experiencia que por lo general nos despabila, nos conecta con una conciencia grupal, social.
Y volvemos a nuestra vida cotidiana animados, reconfortados, hasta el próximo despertar.
En ese esporádico ir y venir, algunos quedan incómodos. Necesitan acercarse, escuchar, comprender. Se abren, se identifican, comparten. Deliberan, buscan soluciones, proyectan, crean, trabajan. Se comprometen responsablemente, se involucran, se ofrecen: se hacen voluntarios.
Ya cruzaron la línea que los separa de los otros, ahora sueñan con borrarla.
A todos ellos, gracias.
Pablo José Rey
Asociación Civil Rumbo Sur
1º Premio
María Milagros Chavarri
2º Premio
Ileana Ochoa
3º Premio
Jaquelina Bourquin